domingo, 15 de mayo de 2011

CONTEXTO ESCOLAR

CONTEXTO ESCOLAR

Aun cuando el hogar es un contexto fundamental para el desarrollo de la competencia lectora, para muchos niños la escuela sigue siendo el lugar más importante para el aprendizaje formal y la realización de las actividades educativas.

De acuerdo con las exigencias del mundo actual, se considera que para cuando los niños llegan al cuarto grado de primaria (9 a 10 años), la mayoría de los estudiantes han adquirido habilidades básicas de lectura y están comenzando a leer materiales más complejos con mayor independencia y están pasando de aprender a leer hacia leer para aprender. Las instituciones educativas son el escenario destinado a crear las condiciones para que el niño tenga las experiencias educativas que les permitan desarrollar su competencia lectora hasta alcanzar estos logros.

Muchos factores escolares afectan la adquisición de la competencia lectora, directa e indirectamente. El ambiente general, las actividades cotidianas y los recursos del colegio inciden en los logros de los grupos de estudiantes. Los comportamientos, las actitudes y el nivel de alfabetización de los compañeros de clase pueden influir en el desarrollo de un estudiante. Desde luego, una de las influencias más directas es el profesor. Su formación general y específica, así como los enfoques de enseñanza que adopte y los materiales que utilice son evidentemente importantes para el ambiente de aprendizaje del aula. A continuación se analizan algunos de los principales factores escolares que contribuyen al desarrollo de la competencia lectora.

Características de la institución educativa
Algunas características de las instituciones educativas merecen especial atención, en tanto constituyen condiciones que favorecen o desfavorecen el desarrollo de los procesos de enseñanza de la lectura. En los colegios que atienden zonas deprimidas económica y socio-culturalmente se necesitan esfuerzos mayores para ofrecer ambientes que faciliten el aprendizaje, en comparación con otros que cuentan con mayores recursos.

Por otra parte, dependiendo de los países, es probable que los colegios situados en sectores urbanos tengan acceso a mayores recursos como museos, bibliotecas, librerías, que los colegios de las áreas rurales, aunque también es común encontrar limitaciones en colegios situados en áreas urbanas marginales. De no hacerse un trabajo explícito a favor del aprendizaje de la lectura en aquellos lugares con menos recursos, se van a potenciar los efectos de las limitaciones económicas sobre el desarrollo de las competencias académicas

Organización de la instrucción en la institución educativa
Las políticas y determinaciones en relación con el currículo generan el contexto para la actividad de las instituciones educativas. Ellas, a su vez, configuran el tipo de instrucción que recibirá el niño en relación con la lectura desde el principio de su escolaridad formal. Las políticas abarcan decisiones sobre el énfasis en la enseñanza de la lectura en relación con otras áreas. También incluyen preferencias por determinadas metodologías que se deben aplicar en las distintas etapas del desarrollo del lenguaje.

Un actor muy importante en el ámbito institucional es el rector o director del colegio. Su liderazgo asegura una clara articulación de la misión de la institución y la administración del currículo. Entre sus funciones, se destaca la comunicación clara de expectativas de formación, la promoción de un ambiente de aprendizaje y de actualización entre los profesores, y la disposición de los recursos necesarios para alcanzar los objetivos curriculares. Por ejemplo, el rector puede apoyar activamente programas de formación permanente participando en actividades de desarrollo profesional y dando prioridad a los asuntos de desarrollo académico. El rector también puede facilitar la colaboración entre los profesores y usar las investigaciones sobre didáctica para tomar decisiones y animar a los profesores a mejorar sus métodos de enseñanza.

El liderazgo del rector también juega un importante papel en el desarrollo de un sistema de monitoreo y de evaluación del éxito en alcanzar los objetivos escolares. Corresponde al rector estar disponible para prestar orientación a los docentes y a los profesionales de apoyo en sus actividades diarias.

Ambiente escolar propicio para el aprendizaje
El ambiente escolar comprende muchos factores que inciden sobre el aprendizaje del estudiante.

La sensación de seguridad que proviene de contar con un clima escolar amable, con bajo o nulo nivel de violencia, asegura un ambiente estable de aprendizaje. Aquellos programas complementarios que satisfacen las necesidades básicas de los estudiantes y de sus familias (como el servicio de cuidado de niños antes o después de la jornada escolar, restaurante, etc., por ejemplo) pueden ser importantes también. Otros programas que se centran específicamente en el desarrollo de la lectura y de la alfabetización pueden apoyar directamente la adquisición de habilidades y actitudes relacionadas con la competencia lectora. Otro aspecto que contribuye a mejorar el ambiente escolar es la expresión de actitudes positivas hacia los estudiantes por parte de los docentes y los profesionales de apoyo de la institución educativa.

La investigación destaca un aspecto que tiene gran impacto sobre el aprendizaje: altos niveles de asistencia a clase de los estudiantes están relacionados con niveles de desempeño superiores.

Si los estudiantes no asisten regularmente a la institución educativa se reduce dramáticamente su oportunidad para aprender. Igualmente el ausentismo de los profesores reduce el logro de los estudiantes.

Recursos de la institución educativa
Los recursos de la institución incluyen aspectos tan básicos como instalaciones físicas apropiadas y profesores bien capacitados. La existencia de una biblioteca o un centro de multimedia pueden ser particularmente importantes para desarrollar la competencia lectora. Se ha encontrado que las bibliotecas que se organizan para hacer rotación de sus colecciones en los salones de clase son especialmente útiles.

Además, la institución educativa, fuera de los docentes, puede contar con otros especialistas, tales como expertos en lectura, expertos en tecnología y psicólogos que pueden hacer aportes para apoyar la enseñanza y la promoción de la lectura. Conviene promover la colaboración entre especialistas en recursos multimedia y los profesores, para ayudar a los estudiantes a usar diversos recursos de apoyo.

Formación y desarrollo de los profesores
La competencia pedagógica de los profesores es crucial. En el siglo XXI es aún más importante que un profesor tenga un conocimiento amplio sobre los contenidos curriculares y sobre la pedagogía, que conozca sobre los aprendices y sus características y que sepa de tecnologías de la información; pero además, el hecho de que haya grupos o profesores con formación específica en la enseñanza de la lectura es especialmente importante para que los estudiantes desarrollen la competencia lectora.

El desarrollo profesional de los docentes les permite aumentar el conocimiento y comprensión sobre la forma como los estudiantes aprenden a leer, lo mismo que sobre la pedagogía apropiada para esta enseñanza. A esto contribuye un buen proceso de inducción cuando ellos ingresan a desempeñarse como docentes y el análisis de la experiencia como parte de su entrenamiento.

La educación permanente del equipo de profesores y el hecho de que conozcan desarrollos recientes en el campo de la enseñanza de la lectura son decisivos. El desarrollo profesional a través de seminarios, talleres, conferencias y revistas especializadas puede ayudar a los profesores a aumentar su efectividad y a ampliar sus conocimientos acerca de la adquisición de la competencia lectora. En algunos países se exige a los profesores que participen en este tipo de actividades; Se ha sugerido que la profesión de enseñar requiere un aprendizaje a lo largo de la vida, y que los profesores más eficientes son aquellos que no dejan de adquirir nuevos conocimientos y habilidades a lo largo de su carrera.

Características y actitudes de los profesores
La efectividad de un profesor en el salón de clase puede verse influida por el clima y la disponibilidad de recursos de la institución educativa. Un ambiente escolar positivo puede generar una mayor eficacia del profesor y mayor satisfacción de él con su trabajo, lo que a su vez favorece el aprendizaje de los estudiantes.

Las instituciones educativas pueden apoyar la labor docente de los profesores de diversas maneras; por ejemplo, promoviendo la colaboración entre colegas, con el fin de favorecer la conformación de comunidades profesionales donde se compartan ideas e innovaciones.

Un aspecto que caracteriza la enseñanza actualmente es el uso de tecnologías en el aula, de modo que cada vez es más importante la familiaridad e idoneidad de los profesores en el uso de las tecnologías de información. Las decisiones de los profesores para usar tecnología en el aula se ven influidas por sus creencias y actitudes lo mismo que por las oportunidades de entrenamiento y acceso a esos materiales que hayan tenido.

Características del aula
Los jóvenes estudiantes pasan muchas horas cada día en una o más aulas. El ambiente y la estructura del aula tienen una influencia significativa en el desarrollo de la competencia lectora.

La organización de las actividades en el aula puede variar enormemente; las aulas varían desde aquellas que están altamente estructuradas y centradas en el profesor, hasta aquellas que son más abiertas y están centradas en el estudiante.

Una característica fundamental que puede determinar el enfoque de los profesores hacia la enseñanza es el tamaño de la clase o la proporción profesor/estudiantes. Algunas investigaciones han indicado que los grupos más pequeños, durante los primeros años de escolaridad, pueden resultar beneficiosos para el desarrollo del estudiante en lo referente a la lectura.

Otros aspectos del aula que resultan pertinentes para la competencia lectora son la cantidad de material de lectura disponible para los estudiantes. El hecho de que haya una biblioteca en el aula o un lugar especial para la lectura independiente puede promover fuertes hábitos de lectura y actitudes positivas hacia ella, además de ofrecer fácil acceso a los estudiantes a una gran variedad de textos y tipos de texto.

Las características de los estudiantes son muy importantes en la generación del ambiente en el salón de clase. Para ser lectores motivados se requiere que los estudiantes gocen con los libros, lean con gusto y de manera independiente y que estén dispuestos a elaborar el sentido de todo lo que ellos estén leyendo.

La interacción de los estudiantes, tanto informalmente como a través de la charla en clase acerca de lecturas y de actividades relacionadas con ella, incide también en el desarrollo de la lectura.

Las clases que estimulan el desarrollo del lenguaje y establecen un ambiente que propicia hablar acerca de las lecturas pueden ser especialmente eficaces.

Materiales de enseñanza y tecnología
Los materiales de lectura y la tecnología utilizada por los profesores en la enseñanza de la lectura conforman el núcleo de la experiencia de lectura del estudiante en la escuela. Los materiales pueden variar de un único texto o una serie de lecturas que contiene una diversidad de tipos de texto, hasta varios libros y otros materiales impresos compilados por el profesor.

Con independencia del formato, las investigaciones indican que el exponer al estudiante a cierta diversidad de textos y de tipos de textos se asocia con logros en lectura. La existencia de biblioteca en el aula o de lugares especiales para la lectura independiente favorece positivamente el desarrollo de hábitos y actitudes, además de dar a los estudiantes acceso fácil a diverso tipo de textos y tipos textuales.

El uso de textos electrónicos y de otras tecnologías se está convirtiendo en parte importante del desarrollo de la competencia lectora. Leer en línea los diversos tipos de textos y de información que se ponen a disposición del público a través de Internet se está convirtiendo en una habilidad esencial de la competencia lectora.

Estrategias y actividades de enseñanza
Numerosas investigaciones se han dedicado a determinar cuáles son las estrategias y actividades más efectivas para enseñar a leer. En un aula efectiva en cuanto a competencia lectora se discuten conceptualmente diversos temas basados en la lectura de textos, se tienen experiencias agradables relacionadas con la lectura y se asignan jornadas de lectura amplias, es decir se dedica tiempo significativo a la lectura; los profesores usan textos interesantes, abundantes, incluyendo obras literarias, libros informativos con tablas de contenidos, índices, ilustraciones y títulos destacados.

Se han reportado numerosas estrategias y actividades que usan los profesores para la enseñanza de la lectura. El uso de extos variados, con un lenguaje adecuado para el nivel de los estudiantes y que traten temas de interés de acuerdo con sus características psicológicas, sociales y culturales, y especialmente cuando los profesores promueven la discusión del contenido de los textos en relación con las necesidades y la realidad de los estudiantes, resulta muy útil para el desarrollo de la competencia lectora.

La formación lectora efectiva se basa en programas balanceados que integran muchos componentes incluyendo diversos textos, discusiones entre el profesor y los estudiantes, instrucción claramente guiada, estrategias de decodificación y comprensión que se aplican en jornadas de lectura grupal e individual, combinadas con las actividades de escritura, tales como la redacción de cuentos, y la integración de todos los procesos de lenguaje: leer, escribir, hablar, escuchar, a lo que se suma la aplicación de una gran variedad de técnicas de evaluación.

Una estrategia didáctica central consiste en brindar apoyo oportuno para que los estudiantes aprendan a supervisar y a corregir el proceso de construcción de sentido que realizan mientras leen, ya que los buenos lectores no son aquellas personas que no cometen errores, sino los que están en capacidad de aplicar estrategias de ajuste, tanto en la interpretación de unidades textuales, como en la capacidad para relacionar aspectos presentes en los textos; dicho de otra forma, es importante promover entre los estudiantes que planteen hipótesis sobre lo que leen y que luego las analicen para que, cuando sea pertinente, las reemplacen o corrijan.

También tiene impacto positivo en la competencia lectora la promoción de discusiones sobre lo leído. Discutir una lectura, ya sea en forma oral o escrita, hace que el lector se convierta en un miembro de la comunidad letrada. Los lectores pueden desarrollar ulteriormente su comprensión de los textos y explorar diversas perspectivas e interpretaciones al hablar con otros lectores.

Estos intercambios de ideas permiten el desarrollo de grupos de buenos lectores que, a su vez, pueden contribuir a la conformación de una sociedad enriquecida con una mayor profundidad intelectual y abierta a nuevas ideas.

Por otra parte, la investigación ha demostrado que si se aumenta la motivación de los estudiantes, aumenta el tiempo que ellos dedican a leer, lo que a su vez aumenta la competencia lectora. Los estudiantes aprenden mejor cuando están interesados y se involucran en la actividad lectora. Las prácticas de enseñanza que aumentan la motivación para leer y comprender la lectura incluyen el establecimiento de objetivos claros, la disponibilidad de textos interesantes, la oferta a los estudiantes de múltiples opciones de lectura y retroalimentación sobre los logros que ellos alcanzan, de modo que generen motivación intrínseca; con este mismo propósito, los profesores pueden diseñar experiencias de construcción de conocimiento basadas en los contenidos, el vocabulario, y la lectura silenciosa, y pueden expresar su disponibilidad para responder a las necesidades físicas, emocionales y cognitivas de sus estudiantes; adicionalmente, es importante aumentar su autoestima en relación con su capacidad lectora, pidiéndoles que compartan y expliquen sus opiniones y animándolos a iniciar proyectos relacionados con la lectura y escritura.

La asignación de tareas es un modo de ampliar la enseñanza y evaluar el progreso del estudiante. El tipo de tareas asignadas pueden incluir la lectura independiente, formular preguntas de comprensión sobre lo que el estudiante ha leído o una combinación de las dos. La cantidad de tareas de lectura asignadas varía entre y dentro de los países; en algunos países se asignan tareas a los estudiantes que necesitan práctica adicional (aquellos que presentan dificultades para leer o comprender lo que han leído); en otros países se asignan tareas en general como ejercicios de enriquecimiento.

La manera y la frecuencia con que se evalúa la lectura en el aula también son factores importantes, pues contribuyen a concientizar a los estudiantes sobre la necesidad de mejorar su capacidad de lectura y a orientar al docente en cuanto a los procesos de lectura que debe revisar y aquellos aspectos en los que debería hacer mayor énfasis.

Evaluación
Además de las tareas, los profesores cuentan con diversas formas de monitorear el progreso y los logros de los estudiantes. La evaluación periódica durante la enseñanza ayuda al profesor a identificar las necesidades de estudiantes específicos, o a ajustar el ritmo de la presentación de conceptos y materiales. Usualmente se aplican pruebas estructuradas elaboradas tanto por los profesores como por entidades especializadas, con el fin de tomar decisiones sobre las calificaciones de los estudiantes, la promoción a grados superiores o como un mecanismo de seguimiento y monitoreo del éxito de programas implementados. El tipo de preguntas incluidas en las pruebas le da al estudiante información sobre lo que es importante tener en cuenta cuando se lee.

Los profesores pueden usar una gran variedad de formatos de prueba que van desde preguntas de selección hasta construcción de ensayos. Las preguntas pueden ir desde recuperar información de hechos o datos de lo que han leído hasta indagar por las motivaciones o sentimientos de los personajes, o llevar al estudiante a hacer comparaciones del material leído con otros textos previamente abordados o con sus experiencias personales.

Relación Colegio - Hogar
Se espera que en el cuarto grado de primaria, los niños hayan desarrollado una competencia lectora básica. Se puede señalar que esta es una meta compartida por la institución educativa y el hogar. Dado que el colegio y la casa constituyen los principales ambientes de socialización de los niños, la articulación entre el hogar y la escuela es decisiva para la formación de lectores competentes.

La afinidad y complementariedad de las acciones emprendidas en estos dos contextos es muy importante, por esto conviene ponerse de acuerdo en cuanto a estrategias para realizar actividades que fomentan la competencia lectora.

La participación activa de los padres o de las personas que cuidan del niño es fundamental para el desarrollo de la competencia lectora. Actualmente se considera que este es un camino de doble vía: se espera que los padres apoyen los esfuerzos del colegio y que a su vez el colegio informe, anime y se muestre receptivo a los aportes de los padres. La investigación ha mostrado que los estudiantes cuyos padres participan en sus procesos escolares tienen ejecuciones académicas más altas que los estudiantes cuyos padres no lo hacen. La participación activa de los padres puede ir desde destacar el valor de aprender a leer, supervisar la realización de tareas y animar a los niños a través de su apoyo en el análisis de lo que leen. Los estudiantes que analizan con sus padres lo que estudian y leen en el colegio alcanzan niveles de desarrollo más altos que aquellos que no lo hacen.

La cooperación entre padres e institución educativa requiere de un cuidadoso trabajo por parte del colegio. Los colegios que animan y dan la bienvenida a la participación de los padres tienen mayor probabilidad de contar con su colaboración que los colegios que no hacen esfuerzos específicos para mantener informados a los padres sobre sus actividades.
LA INVESTIGACIÓN ETNOGRÁFICA

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